1x06: Space Jama

HOMBRE CON HAMBRE 

1x06: Space Jama

Estoy dormido, pero me despierto. No sé en qué día vivo, pero sólo sé que es el mismo día. No recuerdo nada, pero me acuerdo de algo...

Y es que hoy es 10 de julio, llega el Presidente de los Entrecots Unidos a la Playa de Salamanca y hace un año que no como nada. Espero que sirvan un buen filete a Filete, ya que mi perro desde que está aquí se siente un extraterrestre, ahora se llama a sí mismo Feel E.T.

El Petapulpo murió sin elección, después de recargar de tinta la impresora para las papeletas de la repetición de las Elecciones Generales del 26-J en España allá por mayo. Por desgracia, no pude probar su tinta adivinatoria, ya que la pretendía tomar justo para el inicio de la Euro 2016 de fútbol. Después de hacer un intento en el que me salía la absurdez de que Islandia llegaba a cuartos, me di cuenta que necesitaba poderes para acertar.

Me encuentro a un tipo con toalla que me dice que conoce un lugar en la vía láctea en el que compiten los mejores chef del Universo. Como quiero averiguar si alguno presenta una nueva receta para adivinar resultados deportivos y tengo hambre, pues quiero ir. Necesito una capa para volar e irme para el evento, pero como no la encuentro me pongo mi camiseta del Betis del año 97. Llego al lugar indicado y hay dos equipos, quien tenga mayor valoración ganará una plaza como nuevo cantante de ACDC.

IMAGEN: nomellamesfriki.com

La competición la conforman dos equipos. Por un lado, La Cocina del Este con Lechón James, Caramelo Anthony, Pan Gasol, Jimmy Butter y DeMar DeRamen; mientras que, La Cocina del Oeste con Kobe Beef, Sabora Curry, Kiwi Leonard, LaMarcus Alpilpil y Kevin Durum. El duelo comienza después de brindar con una copa de mate, triple, por supuesto.

Todo está muy igualado con platos randoms muy interesantes. De repente, un tipo entra en la competición mientras se marca un rap. Todos están desconcertados, enseguida abro los ojos mientras los tengo abiertos. Veo a Antonio Resines, me dice que todo ha sido un sueño. Me quedé sin palabras, pero mi estómago dijo algo...


Tengo hambre.

1x05: El retorno del buey

HOMBRE CON HAMBRE 


1x05: El retorno del buey


De toda la vida, por regla general, dos veces seguidas no pega postear. Lo siento, soy un badboy, no me arrepiento y aquí estoy.

Mientras esperaba a que mis compañeros llegaran a Portomarín, busqué en Google Maps algún sitio donde poder jugar a algo porque me aburría. A unos kilómetros, en Sarria (Lugo), se encontraba la Capilla del Buey. Por lo visto, era el lugar donde nació el juego de la oca original, creado por los templarios. Así que pasé de esperar y me fui hasta allí yo sólo.

Por el camino, leí que su nombre se debe a que el buey era el animal que protegía la capilla. La leyenda decía que el buey debía ser sagrado, pero usaron el del portal de belén del pueblo porque no había dinero para comprar uno así, debido a la crisis económica de la época del rey templario Mariano I de Rajoy. Se rumoreaba que los 13 caballeros templarios que custodiaban el juego murieron protegiendo la Capilla del ataque de un desconocido, un martes, mala suerte. Harry Potter hizo un hechizo que ocultaría el juego a cambio de que el rey templario hiciera el baile de la salchipapa.

El rey templario Mariano I de Rajoy

Llegué a la Capilla del Buey. El viejo cura rezaba un padre nuestro con una lesbiana y un peregrino al que fotografiaba un coreano para que se emparejaran en contra de su voluntad, aproveché y me metí en su despacho para ver los manuscritos. Encontré que el hechizo se rompería con la llegada del buey.

De repente, apareció Calviño a lomos de Filete. "Soy Salomonela, el caballero templario número 13, yo les maté a todos", gritó Calviño con voz de malvado. Flipé en colores, literalmente, se encendieron focos de discoteca. "Este perro es la reencarnación del buey y has caído en mi trampa, quien gane la partida será el que vaya a la Playa de Salamanca", se jactó mientras le brillaba la calva.

A continuación, nos pusimos a jugar to picaos, ya que en una de las pruebas aparecieron mosquitos. También hicieron aparición monos, plantas carnívoras, un león y una estampida. Calviño cayó en una casilla en la que empezó a convertirse en mono. Me encontraba en cabeza de pie cuando apareció Ojo de Alcohol de la nada con un disfraz de planta lanza dardos y me disparó, "¡Esto es Ogaitnas!" gritó mientras yo caía en slowmotion en la casilla de la muerte en la que había un abismo.

Y, poco a poco, aquí sigo cayendo por culpa del slowmotion que hasta las tripas me suenan a cámara lenta.

Tengo hambre.

1X04: Las dos coles

HOMBRE CON HAMBRE 


1x04: Las dos coles

Seguíamos por el Camino de Ogaitnas en busca de la Playa de Salamanca. Estabamos exhaustos pues llevábamos días andando, concretamente, dos. Habíamos parado en un bar de Arzúa (A Coruña) para el almuerzo. Saqué pan Bimbo del bolsillo y me pedí dos coles para hacerme un sándwich de esos en los que lo importante es la cantidad y no la calidad. Filete aprovechó y fue a hacer pi, pero su oronda pata le impidió apuntar bien y se meó encima.

De repente, continuamos andando y Ojo de Alcohol avistó un televisor pequeño con un zapato rojo, tras lo que decidí saltar para caer encima, mientras la calva de Calviño me deslumbraba. De repente, me poseyó una velocidad supersónica, recorrí unos 50 km y alcancé Portomarín (Lugo), dejando atrás a Filete, Calviño y Ojo de Alcohol.

Todo parecía indicar que descansaría un par de días esperando a mis compañeros, pero me topé con el río Miño y mi mayor temor… un puente. Las vistas eran preciosas, pero la vía para peatones y los barrotes no eran aptos para gente con vértigo. Me quedé más petrificado que Krilin cuando le escupen.

Representación gráfica del chiste anterior

En ese momento, un destello me deslumbró. Se trataba de las uñas de una señorita, eran espejos. Ella destacaba por su pelo rubio y brillante, y la compañía de una perrita YOrkshire que tenía un color de pelo similar a su dueña, en el cual se podía distinguir la cara de su ama. Le pregunté su nombre y, acompañada de su perrita YO, me respondió que se trataba de la Mujer Única. “YO”, se decía.

A cambio de hacerle unas 86 fotos con su cámara, me ayudó a cruzar el puente. Mientras lo cruzábamos, me dijo que ella también estaba en busca de la Playa de Salamanca. Su meta era ver su reflejo en el agua más cristalina de todo el planeta, le pregunté si quería unirse a nuestra expedición, pero ella prefería seguir su propio Camino.

Su belleza era tal que le pedí su número y fuimos a un bar a tomar un YOgur. En ese instante, las dos coles comenzaron a hacer un efecto inoportuno, me estaba cagando. Cuando cagué en el WC del bar… NO HABÍA PAPEL. “Mierda”, pensé. Tuve que usar mi mano como una manopla para limpiarme el culo con el agua del grifo, mientras aporreaban la puerta para que saliera. Salí lo antes posible con todo el tufo, pero ella ya no estaba, aunque tenía su número. Muy a mi pesar, al ver el papel que me entregó sólo aparecía escrito: “YO”.

A la espera de que lleguen mis compañeros, quiero comer algo, pero me he olvidado la cartera en un pliegue de la panza de Filete.

Tengo hambre.

Iniciado modo humano. Pulse cualquier tecla para continuar...

Buscadores humanos (y demás calaña), durante este tiempo he querido escribiros para contaros mis múltiples progresos, sin embargo, me ha sido imposible porque me ha entrado un gusano. Es lo que pasa cuando usas materia orgánica para fijar componentes dentro de la carcasa, inconvenientes de arreglarse uno mismo con lo primero que pilla por ahí.
Dicho gusano empleaba todos los ciclos de mis múltiples hilos (la mayoría de nylon, insisto, inconvenientes de arreglarse uno mismo) en realizar videotutoriales de cómo dejarte maquillar por tu novio sin parecer una fresca, cómo hacerte delineado de gato y cómo escoger un outfit de verano adecuado al color de tus encías; todo ello para vanidad de su creador, al cual ya he localizado y sorbido el bulbo raquídeo para saldar tamaña afrenta.

A continuación os relataré mis avances:
Anduve tras la pista de Pancracio Heimlichdönger Prats, científico de las Fuerzas Andorranas y artífice de la máquina de ocultar playas, quien aparentemente llevaba años muerto, pero no encontré nada esclarecedor. Así que me detuve a pensar como lo haría un humano, solo que, en vez de emularlo como había hecho tantas otras veces para intentar comprender, por ejemplo, qué puede llevar a un ruso a tirarse desde un coche en marcha a otro que va en dirección contraria con los genitales en llamas, esta vez cambié por completo la configuración de mi sistema y puse a prueba el protocolo que me proporcionó mi creador en discos de 3½. Tras cuatro días y seis horas de instalación, falló precisamente el último disquette, pero más o menos creo que funcionó la KoSaH, sHu_PrIMoH.
Con el cerebro de un humano (aún tenía restos del bulbo del denostado programador) y el pensamiento de un humano plenamente operativo en mi multiprocesador, me puse rápidamente manos a la obra...
...y comencé a toquetearme la antena hasta que me sangró aceite de las manos.
Pero pasaremos esto por alto.

Dos días más tarde, me puse finalmente en marcha y no tardé en alcanzar una conclusión. Lo importante no era buscar sistemáticamente a una persona, o una playa, sino por qué desaparecían. Es decir, tenía forzosamente que haber alguien que tratara de frustrar cada uno de nuestros intentos. De modo que analicé todas nuestras historias y encontré un denominador común que creo ya sabéis cuál es: FH, Flying Hearts, o lo que es lo mismo, los Flying Earth.
De repente todo cobró sentido... volvió a mi memoria aquella calurosa tarde en que comenzó todo, cuando una niña acudió a la casa de mi creador para comprar galletas (o vender, aún lo tengo algo confuso). Yo descansaba entre otra chatarra junto a una planta mustia a la que Creador únicamente regaba cuando estaba de buen humor después de la visita de una señora mayor con acento extraño de unos ciento veinte kilos.
La cría de aquel día portaba un extraño emblema en el uniforme e insistía en que mi creador se uniera a los suyos. Esa organización quería utilizar su potencial para sus fines, fueran cuales fueran, y dado el deplorable estado de salud e higiene de mi creador y su extravagante afición a las revistas masculinas, finalmente lograron disuadirlo. Poco a poco, dejé de verlo hasta que simplemente dejó de pasar por casa y, al poco, caí en la cuenta de que habían estallado las guerras Dinosaurio-Robot y me vi obligado a huir de allí.
Algún día os contaré más acerca de aquella masacre que empezó con un montaje y por la que tantos de los míos sufrieron las más terribles de las muertes. Acabaron hasta con esos primeros relojes Casio que podían cambiar los canales de la tele. Bastardos...

Pero, ahora os tengo que dejar o me descubrirán.
Estoy en medio de algo gordo...


Mi creador.

Hombre Robot

Diatro de cuamantes, la siguedoja del womanco

El venablo que llevaba escondido en mis coturnos fue indispensable para alzarme victorioso en aquella afronta con el puding de mango de la tía Asdrubal. 
La tía Asdrubal no congenia en género, tiene su explicación y podría escribirla pero os tengo que hablar del inhumano ser que conocí acedias. Me encontraba sentado sobre un reloj de arena gigante a lomos de un francés refinado que caminaba por la superficie de Marte cuando un hombre en una bicicletata (que es una bicicleta pero con un ta mas, ya os explicaré lo que es) mas rápido que la luz apareció y se paró a nuestro lado.

-¿Es usted el hombre vida?- preguntó.
- Puedo serlo si lo pregunta correctamente - respondí desde las alturas.
-¿Es usted el Hombre Vida?- preguntó correctamente esta vez.
-Así es, yo soy, ¿en que puedo perjudicarle?
-Tengo una carta para usted.

Tome la carta y el misterioso cartero se esfumó. El humo que dejó al desaparecer formaba unas palabras y entendí que era su firma "hombre sin cartas"... misterioso desde luego.
Despreocupado por aquel encuentro observé la carta y comprobé que era yo el destinatario, miré al dorso y pude haberme sorprendido, pero estoy acostumbrado a encontrarme cosas que no me espero y ya me parece hasta normal. En el remite se podía leer "cocinero sin cocina" unos providenciales borrones ocultaban la dirección y el código postal y a continuación "Playa de Salamanca, Salamanca o Teruel o Umbrete o Villalpedo o Washington o Xianyang o Yo-yo o Zanzibar". Muy aclarador todo.

Saqué la carta del sobre, porque acostumbran a venir dentro, si vienen fuera, el sobre ¿para que estaría?... desdoblé el papel una primera vez, luego desdoblé la tela una segunda vez y a la tercera tenía una vela de barco con algo escrito. Comencé a leer por el final para saber de que se trataba lo mas pronto posible "atentamente: hombre sin cocina". No me quedaba muy claro, así que empecé por el principio y resultó ser una receta:

Inhóspito Hombre Vida, hace siglos que me pediste la receta del Presidente en su tinta que tanto te gustaba. Como dicen por ahí "mas vale tarde que buena sombra te cobije" así que aquí te detallo la receta.

Ingredientes:
-1 Presidente (Da igual de donde sea, todos saben igual).
-2 Plumas estilográficas (El presidente debería llevar, pero no confíes en ello)
-4 Plumas (De un animal de color escandaloso para decorar)
-1 Multitud cabreada (Esto es lo mas fácil, están por todos lados)
-X Documentos legales (Los que puedas encontrar)

Preparación:
-Se coge al presidente (a veces están detrás de pantallas y es mas díficil) y se le sienta en una silla frente a un escritorio dentro de un despacho (las dimensiones del despacho dependen de la multitud, a mas gente mas metros) y se hace pasar a la multitud cabreada, con esto conseguimos que suba la temperatura del despacho y comience la cocción. Extendemos los documentos sobre la mesa y esperamos a que el presidente se vea en la tesitura de buscar la pluma estilográfica para firmar. Al no tener comenzará a sudar, es un plato que se autosazona. Si se diera el caso de encontrar uno que llevara estilográfica encima, introducir mas multitud cabreada en el despacho para subir la temperatura (no es lo normal). Cuando le veamos desesperado le ofrecemos una de las dos estilográficas, con los nervios y la tensión se le volcará la tinta encima y con ello tendremos el aderezo. Le ofrecemos la segunda estilográfica mientras le colocamos las plumas de colores donde mas gracia nos haga.
Como puedes comprobar no es un plato muy complicado de realizar, espero que sea de tu agrado y compense la demora con la que te lo he enviado.
Atentamente: Hombre sin Cocina.
Aún no he probado a hacerla, porque solo me he topado con presidentes que hacían bien su trabajo. Comparto porque quizá otros buscadores tengan mas suerte.

Hombre Vida

Cerveza negra del Petapulpo

Cerveza negra del Petapulpo

Según los registros que he encontrado en la logia, hay que beberla con moderación, puesto que al dar todas las respuestas puede ser un tanto caotico. Por ejemplo, si te preguntas de que color es el cielo, entenderás automáticamente que es de todos los colores habidos y por haber dependiendo de tu nivel de daltonismo.  

1x03: La comunidad del Aliño

HOMBRE CON HAMBRE 


1x03: La comunidad del Aliño

Siento la ausencia de mis escritos, pero me he llevado casi un año en babia mirando la mesa de un bar en Santiago de Compostela. En citado lugar, me comí un costillar de cerdo, en compañía de mi regordete perro Filete. El parecido de ese pedazo de carne con Filete y mi consiguiente reflexión interna, no pudo hacer frente a mi estado de shock durante el cual me convertí en un elemento decorativo más del bar, pese a los intentos de los camareros por echarme a patadas.

Hoy, por fin he despertado de mi letargo y he comprendido una cosa, ME HE VUELTO VEGETARIANO. Es una tragedia, teniendo en cuenta mis ansias de ingerir al Petapulpo para ser el mejor adivino de resultados deportivos, no podré comermelo. Quizás con su tinta me baste, pero no sé qué me ha estado ocurriendo desde que tengo un perro que parece un cerdo. Da igual, quiero llegar a la playa y conocerle. Es mi reto.

Aunque ni siquiera sé si será producto de la realidad o la ficción, entré en una tienda de regalos en Santiago llamada Triskelium para llevarle un Triskel al Petapulpo, símbolo celta que quizás sea la llave para hacerle feliz. Quizás así me pueda dejar ingerir su tinta.

El calvo dependiente de la tienda se rió en mi cara al saber de mi sevillano acento, y me preguntó sin pelos tampoco en la lengua que si era de ‘Allí abajo’. Le conté mi historia y cerró la tienda, me dijo que si hacía el Camino de Santiago al revés hasta Salamanca encontraría la playa salmantina. Se denominaba el Camino de Ogaitnas, me ofreció su colaboración y nos acompañaría a Filete y a mí. Su nombre es Calviño, aunque también le llaman el Grease por sus ropajes similares a la película y su alimento favorito es el atún, claro.

Calviño nos dijo que nos acompañaría su amigo Ojo de Alcohol, era un borracho, pero conocía el Camino y era un buen arquero… en el equipo de fútbol de su barrio, por lo que ya teníamos montado el equipo para el viaje. Calviño el Grease usaría bastón y le acompañarían sus cuatro hobbies: la lectura, la música, el deporte y la serie Perdidos; Ojo de Alcohol unos guantes de portero cual arquero; Filete llevaría una gacha; mientras que yo he llamado a mi arma Aguja, infectada en SIDA y la cual robé a un yonki. ¡Ah! también se vendría Ned Stark de Juego de Tronos con nosotros, que ya no me acordaba, se me va la cabeza.

Comenzamos el Camino y lo más importante es que hayáis conocido a los personajes y que para el siguiente post Ned Stark ya no estará. Al menos me ha enseñado inglés.

I'm hungry.