Diatro de cuamantes, la siguedoja del womanco

El venablo que llevaba escondido en mis coturnos fue indispensable para alzarme victorioso en aquella afronta con el puding de mango de la tía Asdrubal. 
La tía Asdrubal no congenia en género, tiene su explicación y podría escribirla pero os tengo que hablar del inhumano ser que conocí acedias. Me encontraba sentado sobre un reloj de arena gigante a lomos de un francés refinado que caminaba por la superficie de Marte cuando un hombre en una bicicletata (que es una bicicleta pero con un ta mas, ya os explicaré lo que es) mas rápido que la luz apareció y se paró a nuestro lado.

-¿Es usted el hombre vida?- preguntó.
- Puedo serlo si lo pregunta correctamente - respondí desde las alturas.
-¿Es usted el Hombre Vida?- preguntó correctamente esta vez.
-Así es, yo soy, ¿en que puedo perjudicarle?
-Tengo una carta para usted.

Tome la carta y el misterioso cartero se esfumó. El humo que dejó al desaparecer formaba unas palabras y entendí que era su firma "hombre sin cartas"... misterioso desde luego.
Despreocupado por aquel encuentro observé la carta y comprobé que era yo el destinatario, miré al dorso y pude haberme sorprendido, pero estoy acostumbrado a encontrarme cosas que no me espero y ya me parece hasta normal. En el remite se podía leer "cocinero sin cocina" unos providenciales borrones ocultaban la dirección y el código postal y a continuación "Playa de Salamanca, Salamanca o Teruel o Umbrete o Villalpedo o Washington o Xianyang o Yo-yo o Zanzibar". Muy aclarador todo.

Saqué la carta del sobre, porque acostumbran a venir dentro, si vienen fuera, el sobre ¿para que estaría?... desdoblé el papel una primera vez, luego desdoblé la tela una segunda vez y a la tercera tenía una vela de barco con algo escrito. Comencé a leer por el final para saber de que se trataba lo mas pronto posible "atentamente: hombre sin cocina". No me quedaba muy claro, así que empecé por el principio y resultó ser una receta:

Inhóspito Hombre Vida, hace siglos que me pediste la receta del Presidente en su tinta que tanto te gustaba. Como dicen por ahí "mas vale tarde que buena sombra te cobije" así que aquí te detallo la receta.

Ingredientes:
-1 Presidente (Da igual de donde sea, todos saben igual).
-2 Plumas estilográficas (El presidente debería llevar, pero no confíes en ello)
-4 Plumas (De un animal de color escandaloso para decorar)
-1 Multitud cabreada (Esto es lo mas fácil, están por todos lados)
-X Documentos legales (Los que puedas encontrar)

Preparación:
-Se coge al presidente (a veces están detrás de pantallas y es mas díficil) y se le sienta en una silla frente a un escritorio dentro de un despacho (las dimensiones del despacho dependen de la multitud, a mas gente mas metros) y se hace pasar a la multitud cabreada, con esto conseguimos que suba la temperatura del despacho y comience la cocción. Extendemos los documentos sobre la mesa y esperamos a que el presidente se vea en la tesitura de buscar la pluma estilográfica para firmar. Al no tener comenzará a sudar, es un plato que se autosazona. Si se diera el caso de encontrar uno que llevara estilográfica encima, introducir mas multitud cabreada en el despacho para subir la temperatura (no es lo normal). Cuando le veamos desesperado le ofrecemos una de las dos estilográficas, con los nervios y la tensión se le volcará la tinta encima y con ello tendremos el aderezo. Le ofrecemos la segunda estilográfica mientras le colocamos las plumas de colores donde mas gracia nos haga.
Como puedes comprobar no es un plato muy complicado de realizar, espero que sea de tu agrado y compense la demora con la que te lo he enviado.
Atentamente: Hombre sin Cocina.
Aún no he probado a hacerla, porque solo me he topado con presidentes que hacían bien su trabajo. Comparto porque quizá otros buscadores tengan mas suerte.

Hombre Vida
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