El combate épico contra el Hombre Helicóptero

Saludos buscadores. 
Debo continuar mi relato donde lo dejé. Me encontraba en el barco del Dinosaurio Hombre, hablando tranquilamente con uno de sus guardasespaldas disfrazado de charmander, cuando uno que parecía su superior, nos interrumpió. 
Por su manera de hablar sabía que era natural de Congolia, lo cual era una curiosa councidencia, ya que uno de los secuestradores del Hombre sin Toalla parecía ser de origen Congol. Iba a responderle al del disfraz de picachu, pero entonces fuimos interrumpidos. 
-Basta, basta -dijo una voz, y una criatura gorda hasta límites insospechados vestido con un traje blanco, se acercó hasta nosotros. Era el Dinosaurio Hombre, tambien conocido cómo Terry Cantalupo-. Dejád en paz a mi invitado -se volvió a mi y continuó -. Disculpe a mis guarda espaldas don... 
-Ermengardo. Ermengardo Ruiperez. Recibí su invitación por correo hace un par de días, y no quería perderme esta fiesta. Pero... ¿A que viene tanta seguridad?
-Obiamente no quiero que nadie me la agüe. 
-¿A caso espera que álguien lo haga?
-Pues si. Ultimamente he estado recibiendo muchas amenazas, y ataques hacia la integridad de mi persona, y me temo que álguien podría aprovechar camuflarse entre mis invitados para hacerme daño. 
-¿Que tipo de ataques si puedo preguntar?
-Uf. De todo tipo. Desde ponerme chicle en la suela de los zapatos, cambiar el bote de nocilla por betún para los zapatos o tirarme macetas a la cabeza, hasta amenazas de coche bomba o condones pinchados con agujas hipodérmicas.
-Vaya por Dios, parece que álguien se la tiene jurada. 
-Si. Eso parece. 
-¿Tiene ustéd algún sospechoso?
-Si. Un tipo desagradable y horrible, llamado el Hombre Dinosaurio. 
-Vaya... ¿Y por qué el Hombre Dinosaurio querría hacer algo así?
-Obviamente por envidia. Por supuesto. El Hombre Dinosaurio es una criatura poco evolucionada, primitiva y desagradable. Ya ve ustéd, un Hombre Dinosaurio. Lo que significa que es un dinosaurio encerrado en el cuerpo de un hombre... tiene lo peor de hambas especies...
-Parece como si ustéd entendiera mucho del tema. 
-Por supuesto. Gracias a mis investigaciones hemos conseguido todo lo contrario. Imagínese un hombre encerrado en el cuerpo de un dinosaurio. Sería una criatura prodigiosa, con la inteligencia humana y la fuerza y magestuosidad de un dinosaurio. 
Observé a mi interlocutor. Su gordura, arrogancia y estupidez, hablaban por si solas. No había cambiado nada en los últimos 70 millones de años. En realidad la historia del Dinosaurio Hombre es la siguiente: 
Hallá por el cretácico temprano existieron unas criaturas que fueron un error de la naturaleza, llamados psitacosaurus. Condenados a la extinción solo por el mero hecho de existir, estas criaturas, no se soportaban ni así mismas, por lo que rápidamente evolucionaron y se acabaron convirtiendo en animales espectaculares llamados ceratópsidos, de los cuales yo tuve muy buenos amigos en su día. Pero hay un punto oscuro de ésta hermosa historia de superación personal y fué la de un grupo de psitacosaurus, que se sentía superior a todos los demás dinosaurios, y no solo no evolucionaron si no que además impidieron por todos los medios que los demás dinosaurios lo hicieran. Su lider era Pistacho II, el cual fué devorado por un Nanotyranus amigo mío y defecado un rato más tarde. Con el tiempo, los escrementos se convirtieron en un coprolito, el cual conservó su ADN y muchos años más tarde fue clonado por una secta que ya mencionó aquí el Hombre sin Toalla, los Psitacosaurus Sons of the Seventh Day. Pero, además ese cuerpo fue poseido por el alma de Pistacho II, el cual se había reencarnado una y otra vez, en todos los grandes tiranos de la historia. Cuando le tocó reencarnarse otra vez en su viejo cuerpo de psitacosaurus, tuvo un grave problema. El psitacosaurus era un dinosaurio del tamaño de un perro pequeño. Por lo tanto quería seguir siendo humano, y modificó su ADN de dinosaurio, añadiendo de otras especies, creando una especie de mounstruo mutante capaz de cambiar de forma a placer. Y que curiosamente la que más le gustaba era la de un ser humano gordo, calvo con bigote y repulsivo. 
-Vaya...-contesté-. En ese caso espero que el Hombre Dinosaurio no venga para acá. 
-No se preocupe. Si se atreve a aparecer por aquí, mis guardaespaldas nos defenderán. Además -dijo giñándome un ojo- tengo un as en la manga. 
Vale. No necesitaba más explicaciones. El Hombre sin Toalla, se encontraba en aquella embarcación de hiper mega lujo. Solo tendría que encontrarlo y sacarle con vida de allí. ¿Pero dónde podría estár? 
-Perfecto. Discúlpeme señor Cantalupo. He de ir al lavabo. ¿Continuaremos nuestra apasionate conversación cuando regrese?
-Faltaría más señor Ruiperez. 
Me dirigí al lavabo, pero en lugar de hacer mis necesidades, me senté en la taza y me concentré para establecer mi conexión psíquica con el Hombre sin Toalla. Lancé una onda de rastreo para que abarcara todo el barco,  pero inmediatamente fue interrumpida con algún tipo de señal de interferencia que me hizo perder la concentración. Volví a concentrárme intentando hacerlo más profundamente, pero de nuevo la señal de interferencia me lo impidió. Era como un pantallazo mental que no me permitía lanzar mis ondas de rasrtreo para detetar al Hombre sin Toalla. ¿Por qué...? 
Respiré profundamente y volví a concentrarme pero esta vez, en lugar de rastrear al hombre sin toalla, me dediqué a buscar el origen de la señal de interferencia, la cual se encontraba en la cubierta de proa, justo donde estaba el escenario con los músicos que cantaron la Balada del Café sin Toalla. 
Caí en la cuenta de algo muy importante. Ya que si bien es cierto que le hice algunas jugadas al Dinosaurio Hombre, jamás le amenacé o atenté con su vida. ¿Pudiera ser que hubiera otro inflitrado en la fiesta? ¿O es que el Dinosaurio Hombre hubiera encontrado la manera de romper mi vínculo psiíquico con el Hombre sin Toalla? Salí del lavabo, dispuesto a investigarlo. 
Al llegar a cuvierta tuve que hacer esfuerzos en atravesar la turba de bailarines disfrazados, hasta llegar al escenario. Fué complicado ya que estaban tocando, "Pasión en en Platanar", y todo el mundo estaba haciendo el baile de la conga de las bananas.
Entonces cuando llegué, pese a su máscara lo reconci. El cantante del grupo "Los Topacios", era nada más y nada menos que el Hombre Helicóptero.   


El Hombre Helicóptero

Pero lo peor fue que él me reconoció a mi, gracias a sus sensores de infrarojos. 
-Hombre Dinosaurio -dijo-. Por fin das la cara. 
-Hombre Helicóptero -contesté yo-. ¿Eres tú el que ha estado tratando de hacerle la vida imposible al Dinosaurio Hombre? Si es así lo respeto. Pero ahora tengo un trabajo importante que hacer. Si me discuplas. 
-Sé a qué has venido, Hombre Dinosaurio. ¿Quieres rescatar al Hombre sin Toalla? -tengo que admitir me dejó paralizado-. Mucho me temo que yo tambien he venido a por él. 
-Vaya... Bueno si ahora tenemos que combatir, preferiría hacerlo sin máscaras. 
Me quité mi disfraz desvelando mi verdadero ser, y el Hombre Helicóptero hizo lo mismo. 
-¡Vosotros! -dijo la voz de Terry Cantalupo a mi espalda.
-Ya basta, Dinosaurio Hombre -le dije-. Se que tienes escondido en algún lugar de este barco al Hombre sin Toalla. En un principio quería llevármelo sin provocar más daños de lo necesario. Pero me temo que no contaba con la irrupción del Hombre Helicóptero aquí. Mira, yo quiero recuperar al Hombre sin Toalla, y tu quieres salvar el pellejo ¿Verdad? No es que me agrade pero tendremos que luchar juntos. 
-Puaj... como en los viejos tiempos -contestó el refiriéndose a las guerras Dinosaurio-Robot, donde conocimos al Hombre Helicótero. 
Ya os contaré su historia en otra ocasión, y las guerras Dinosaurio Robot, mejor que las relate el Hombre Robot, ya que fué el quien tuvo el honor de terminarlas. Pero el combate empezó encarnizadamente lanzándome una salva de misiles, y ráfagas de ametralladora, yo entonces usé una vieja técnica conocida como el "Escudo del aliado forzoso" alzándo al Dinosaurio Hombre para que recibiera todos los impactos a lo que el me respondió, con la técnica del "Quejica supremo".
-¡¡AYAYAYAYAYAYAYAYAYAY!! ¡Cabrón!
Entonces contrataqué, usando la téncnica del "Saque de voley playa de obeso cabrón". Le pegué un fuerte manotazo y lancé a mi compañero en dirección al hombre helicóptero. 
-Esos, ataques ya me los conozco. ¡Defensa del escudo de aspas bailando la lambada!
El Hombre Helicóptero se puso a bailar con una de las asistentes mientras el Dinosaurio Hombre caía entre las sus letales aspas, que le dieron sendos latigazos, ya que sus aspas al ser de tipo drone se frenaban ante los obstácuos. 
El Hombre Helicóptero atacó de nuevo. 
-Pero tengo que admitir que me está gustando recordar cuando luchábamos en el campo de batalla Hombre Dinosaurio. A ver si te acuerdas de esto. ¡Ataque homoerótico con resultado sospechoso!
-¡AAAAAG! ¡No! -grité al ver como el Hombre Helicóptero le daba un morreo al Dinosaurio Hombre. Todos los asistentes a la fiesta empezaron a gritar de terror y de asco, algunos empezaron a vomitar y otros directamente se tiraron por la borda, cuando el Dinosaurio Hombre empezó a corresponder el manoseo de su inesperado amante.  Aquél ataque había sido devastador, no recordaba que fuera un enemigo tan poderoso. Entonces usé una técnica arriesgada. Agarré una botella de champan y me la bebí de un trago. En pocos segundos me emborraché hasta tal punto que la horrorosa visión me resultó cómica. Me acerqué a ellos. 
-¡¡Defensa insondable del sopor etílico!! ¡¡Idos a un hotel!! -dije endiñándole un botellazo a la redonda cabeza del Dinosaurio Hombre.  
El Dinosaurio Hombre calló redondo al suelo, cuan gordo era, y el Hombre Helicóptero y yo nos miramos frente a frente. 
-Vaya... has mejorado mucho con los años. 
-Tu tambien has entrenado duro por lo que veo. Pero antes de acabar contigo de una vez por todas. ¿Para quien trabajas esta vez? ¿Quién te ha enviado para raptar al Hombre sin Toalla? 
-¡Ja! Cómo que te lo voy a decir. Deberías saber que hace poco que aprobé las oposiciones nacionales de mercenario y como comprenderás no puedo ir por ahí diciendo los nombres de mis clientes, sobre todo cuando exigen cierta discrección. 
-¿Cómo? ¿Entonces eres un mercenario público? 
-En efecto, del Servicio Estatal de Matones Sociales. Si requieres de mis servicios debes acudir a la oficina de Sicarios Sociales y pedir una cita con tres meses de atelación.
-Interesante... ¿Quién demonios podría estar tan desesperado cómo para no contratar a un matón privado...? Tu contratante debe ser alguien muy pobre. 
-No conseguiras sacarme nada y ahora, basta de charla. ¡Preparate a baliar! ¡Danza mortal de de los mil disparos! ¡El tango de la metralleta!
Y en efecto empezamos a hacer la terrible danza mortal de los mil disparos, que consistía basicamente a que el Hombre Helicóptero no paraba de dispararme con su gutlin gun mientras yo esquivaba agilmente sus proyectiles, pues era todo un experto en este tipo  de baíle, aunque tengo que admitir que el Hombre Helicóptero tenía ritmo. Lástima que los demás invitados a la fiesta desconocieran los pasos necesarios para hacer una danza satisfactoria y acabaran acribillados. 
En un momento dado agarré al Hombre Helicóptero de la mano, y le pegué un fuerte jalón y nos quedamos en una posición de tango. 
-¡Variemos el ritmo!-dije y le solté un fuerte puñetazo en toda la cara.
-¡Danza mortal de los mil puñetazos! ¡La samba de Groenlandia!
Maltrecho y dolorido, el Hombre Helicóptero dio un par de vandazos antes de caer al suelo aturdido. Momento que aproveché para saltar sobre él. Utilizando mi fuerza de dinosaurio, agarré al Dinosaurio Hombre del cuello y lo alcé sobre la cabeza del Hombre Helicóptero. 
-¿Quién te ha enviado a raptar al Hombre sin Toalla y por qué?!
-¡No hablaré! ¡Soy un funcionario del gobierno de España! ¡Y no diré ni una sola palabra a menos que reciba mi correspondiente soborno!
-Habla o te restriego el trasero de Terry Cantalupo por todo el careto. ¿¡Quien te envía!?
-¡Jajajajaja! -empezó a reir el Hombre Helicóptero-. Hazlo, lo estoy dseando -se burló de mi-.
-¡Noooo! -gritó el Dinosaurio Hombre, y empezó a forcejear conmigo-. Antes la muerte que semejante ultraje. ¡Activar protocolo de autodestrución!
Entonces una voz mecánica se activó y empezó a sonar una alarma por todo el barco. 
-Protocolo de autodestrucción de la nave activado. El barco se autodestruirá en dos minutos. Vayan subiéndose de manera ordenada en los botes salvavidas. Mariquita el último. 
Y comezó una cuenta atras.  Mientras yo tenía en vilo al gordo Dinosaurio Hombre que no paraba de luchar por zafarse, y al Hombre Helicóptero inmovilizado en el suelo.
-Te gustaría saberlo ¿verdad? -dijo entre risas el Hombre Helicóptero-. No te lo diré. Aunque si te digo la verdad, lo estoy deseando para ver la cara que pones. Jajajaja. Estamos acabados. Mira... si me sueltas y me dejas escapar te daré una pista...
Lancé  al Dinosaurio Hombre a un lado y liberé al Hombre Helicóptero que alzó el vuelo.
-¡Dame la maldita pista! -grité.
Antes de ganar altura y escapar, se dirigió a mi y me dijo.
-Acuérdate del carnet que encontraste en tu mansión. ¿Cuando fué la última vez que alguien vino a vender galletas a tu casa?
-¡¡¿QUEEEEÉ??!! -F.H., Congolia, galletas, pokemons, la Playa de Salamanca y el Hombre sin Toalla. Por fin todo cuadraba a la perfección-. ¿¿Te envian los Flaying Hearths?? 
El Hombre Helicóptero se marchó partiéndose de risa, dejánome anonadado, en el momento en el que solo quedaba un minuto para la autodestrucción del barco. Todo el mundo se había refugiado en los botes salvavidas y huía para tratar de preservar su pellejo. Yo estaba aturdido por la información que acababa de recibir. Traté de recuperarme y entablar el contacto psíquico con el Hombre sin Toalla. Lo localicé sedado a quince segundos de la explosión final, en uno de los botes salvavidas, que aún no había desenganchado de las borda de estribor. Fuí corriendo hacia el bote, y vi a sus captores. Eran los Congoles, los cuales al verme me dispararon. Solo quedaban diez segundos antes de la explosión así que solo hice lo único que se me ocurrió. Lancé un ataque de rugido enloquecedor del berserker, el cual volvió locos a los Congoles los cuales comenzarían a pelear entre si, justo cuando el bote era desengahcado y caía al agua. 
Por último a tan solo cinco segundos de la explosión me lancé al agua de cabeza, y nadé todo lo rápido que pude, esperando el estruendo de la exlosión. Y hubo estruendo pero no de explosión. Me di la vuelta y no vi explosión alguna, si no como el barco implosionaba hacia dentro, creándo un vortice de vacio que me arrastraba, hasta que se replegó sobre si mismo y se oyó un gran ¡cloc! como cuando se habre un bote envasado al vacío. No sabía que el Dinosaurio Hombre hubiera  puesto un sistema de autodestrucción tan moderno y original. 
Me quedé aturdido mirando como los restos del barco hecho añicos se hundían, pero del bote salvavidas donde estaba el Hombre sin Toalla, y sus raptores de los Flaying Hearts, habían desaparecido. Intenté entablar de nuevo el contacto psíquico, pero esta vez solo pude penetrar en una densa nuve de humo en el que se distinguía el afa y el omega... Ovbiamente sabía lo que significaba eso. El Petapulpo, me impedía que me inmiscuyera en el destino del El Hombre sin Toalla, el cual había sido transportado por una consciencia superior a un plano de existencia distinto al nuestro, aprovechando el vortice creado por la implosión del yate del Dinosaurio Hombre, el cual había escapado.
Nadé hasta la isla de Cañaman, y pasé una noche en un hotel a la espera de mis amigas las paleólogas y tratando de digerir lo que había pasado unas horas antes. 
Ahora vuelvo a estar en casa con ellas, y la conclusión que saco de todo esto es... que pese a mi buena voluntad de haber cuidado del Hombre sin Toalla, desde que le encontrara en tan deplorable estado hace dos años, tengo que admitir que había perdido la esperanza de que pudiera recuperarse. 
No logro imaginarme para qué lo querrían los de los Flaying Hearths, que al parecer siguen en activo, aunque muy bien escondidos, y han estado tratando de ponernos trabas todos los que se internan en la búsqueda de la Playa de Salamanca ¿Tendrán algo que ver con su desaparición? Por lo que sé, el Hombre sin Toalla estuvo allí o muy cerca, y eso fue lo que lo volvió loco... ¿Habrá alguna conexión?
¿Y el Petapulpo? ¿Por qué se habrá llevado al Hombre sin Toalla? El Petapulpo lo ve todo: lo que fue, lo pudo ser, lo que es, lo que puede ser, lo que será, o lo que pueda ser. Es un ser extremadamente poderoso, pero no me hago ilusiones ya que el Petapulpo no se inmiscuye en el destino de la gente, solo la pone a prueba. Eso significa que si el Hombre sin Toalla tiene una oportunidad de recuperarse, solo dependerá de su propia fuerza de voluntad y de las decisiones que tome. Recemos para que todo le vaya bien, donde quiera que el Petapulpo lo haya enviado.
Por mi parte ya todo está hecho. Vuelvo a casa con mis amigas las paleólogas, ya que a mi pesar, no puedo hacer nada más por él. A saber cuando volveremos a verlo y en qué estado. Solo espero que allá donde esté, encuentre el camino de vuelta a la cordura y regrese con nosotros. Aunque si lo hace, ya no será el mismo. 
Un saludo a todos buscadores. Se despide vuestro amigo, el Hombre Dinosaurio. 



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