HOMBRE CON HAMBRE
1x01: Piloto
Soy el hombre con hambre, nací de un sobre en un enjambre. Tras ver el Brasil-Colombia del Mundial de Fútbol de 2014, llevaba acertados diez resultados de forma consecutiva desde el primer partido de los octavos de final; pero quiero tener la garantía de ser el nuevo pulpo Paul, que ya cosechó éxitos como oráculo en la Eurocopa 2008. No quiero ser un pronosticador futbolístico eficaz, sino que quiero saciar mi apetito de adivinación a nivel general.
A las 4 de la mañana me dispuse a
ir a Galicia desde Sevilla en busca del nuevo pulpo Paul, ya que dicen que en
esas tierras nacen los mejores pulpos del planeta. Partí con los bolsillos
cargados de comida para ahorrar, ya que el trasporte me iba a costar un ojo de la
cara, literalmente, porque lo vendí al mercado negro para poder hacer el
viaje.
De repente, me recogió un autobús que pasaba por la puerta de mi casa. Tras 16 horas de viaje en un
autobús, el conductor dejó patente su incontinencia urinaria, haciendo el viaje más largo de la cuenta. Al pasar tantas horas, aún sigo sin saber los resultados de los partidos restantes de los cuartos de final porque no tengo Internet en el móvil. Así que, al llegar Galicia, me dirigí a la mejor pulpería del planeta, Pulpaul, situado en el
pueblo favorito de Mariano Rajoy, Sanxenxo.
Ese pulpo fluyó en mi sistema digestivo, repleto
de pimentón picante y acompañado por los roscos desboronados
en mis bolsillos. Tras la ingesta, me fui a dormir al primer hotel que vi con aspecto de pertenecer al Monopoly, me hice la cura del ojo que me falta y me
quedé dormido en el sofá de la entrada para no gastar dinero.
Espontáneamente, me desperté en plena
noche y apareció un extraño hombre con voz de niño asesino. Me dijo: “Buenas”,
con el mismo tono con el que te reciben las dependientas de Claire’s. Me sentía aterrado y, amenazante, añadió: “Si quieres ser un adivino, o te diriges a la Playa de
Salamanca y te comes al Petapulpo, o te corto el pepino”.
Pasados 23 segundos, me
decidí y me dispongo a realizar un largo viaje a un misterioso lugar que no me
aparece en Google Maps, pero sé que existe porque me lo ha dicho un colgao.
Tengo hambre.
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