Jurassic Bar
Hola
a todos buscadores. He estado inactivo durante un tiempo, pero en
cuanto os cuente los extraordinarios sucesos de los que he sido
testigo me perdonaréis.
Hace
unos meses después de los trágicos acontecimientos que narré en mi
último informe, me encontraba sumido en un profundo estado de
tristeza. Para ayudarme mis amigas las paleólogas me ofrecieron la
posibilidad de trabajar en su museo en calidad de asesor. Acepté
porque la vida seguía, así que allí estaba yo, observando y
catalogando la espectacular colección de esqueletos de dinosaurios,
entre los que se encontraban algunos conocidos míos.
Pero
un día recibí una visita inesperada. Me encontraba mirando un
esqueleto de Torbosaurus, un viejo conocido de la facultad el cual
siempre se estaba metiendo en líos, cuando de repente me dí la
vuelta y me encontré con un anciano risueño, de piel sonrosada,
barbita cenicienta, y traje de safari blanco.
-Buenos
días, señor Dinosaurio. Permítame que me presente. Me llamo John
Jamón.
-¿John
Jamón? ¿El magnate multimillonario dueño de la cadena de bares
Jamón Express?
-El
mismo. Ya veo que mis subvenciones anuales no caen en manos rotas.
Este museo supervisado por usted y sus amigas las paleólogas es
soberbio.
-Gracias,
señor Jamón. Pero ¿que le trae por aquí?
-He
abierto un nuevo bar. En una isla tropical, un lugar precioso... Y
tengo idea de que sea una cadena a nivel mundial.
-Enhorabuena.
-Gracias,
pero... me temo que mis inversores, no quieren arriesgarse a la
comercialización del proyecto a menos que una serie de expertos
avalen la viabilidad del local. Así que para su próxima apertura e
inauguración, me gustaría invitarle a usted y alguna de sus amigas
para que lo inspeccionen y le den su aprobación.
Miré
al señor Jamón con cara de extrañeza. ¿Mi aval, mi opinión y
visto bueno?
-¿...Que
clase de bar es ese...?
-Uno
hecho a su medida.
Intrigado
acepté la invitación del señor Jamón. Y aquella misma tarde junto
con Elisa una de mis amigas paleólogas tomamos un helicóptero que
nos llevó a una isla perdida en medio del océano. El equipo de
inspección contaba además de nosotros dos, de un matemático
roquero totalmente obsesionado con las teorías del caos y con el
escote de Elisa. Un abogado que parecía que no iba al water desde
hacía tres semanas como mínimo, y un friki gordaco fanegas que se
encargaba de algo de ordenadores.
El
único que más o menos me cayó bien fue el matemático roquero.
Era gracioso porque no paraba de tirarle los tejos a mi amiga.
-Si,
verás -decía-. La teoría del caos se basa en las ecuaciones no
lineales y la imprevisibilidad. Todo se resume en el “Efecto
Mariposa”. Por ejemplo: con el vaivén del helicóptero tus pechos
se bambolean de forma imprevisible. Puedo ver que rebotan arriba y
abajo pero no se si caerán a izquierda o a derecha, lo cual es
imprevisible. Lo que si sería previsible es que yo tengo una
ecuación lineal encima de dos esferas, y que al estar yo pendiente
de la imprevisibilidad del movimiento caótico de tus pechos, esta
pasa de estado vertical a horizontal, la cual podría acabar
haciéndote sentir mariposas en el estómago. ¿Ves? Eso es la
teoría del caos.
Elisa
empezó a reírse, cuando el señor Jamón nos anunció que
llegábamos a la isla.
El
helicóptero se abría camino a través de la densa bruma cuando de
repente nos vimos con la gran cruz amarilla en el suelo de asfalto.
Después fuimos conducidos a traves de una espesa selva tropical
hasta un local de grandes dimensiones construido a la manera de un
bungalow de planta circular gigante con techumbre de pajizo. El cual
en la entrada tenía una gran marquesina en el que se podía leer
bienvenidos al Jurassic Bar.
Pero
eso no fué lo que me llamó la atención. Al bajar del todo terreno
vi como de la jungla se alzaba un inmenso cuello rematado por una
pequeña cabeza que me miraba atentamente, el cuello se desplazó por
la selva y fue seguido de un inmenso y musculoso cuerpo, dotado de
patas gruesas como tocones rematadas en enormes zarpas. Yo estaba
paralizado, porque estaba viendo algo que creía que no volvería a
ver en mi vida. Pese a los tatuajes de motos la cadena de acero que
llevaba al cuello, los brazaletes de pinchos en las patas, y las
cicatrices en la cara, lo reconocí de inmediato.
-¿Piecito?
-Hombre
Dinosaurio. Vaya no te veía desde el Cretácico.
-Si...
yo... Vaya... No te veía desde que eras un cachorrillo en el Valle
Encantado.
-Si,
lo que pasa es que me fui de allí, y me volví grande cabrón y
macarra.
- Ah.
¿Y como están los demás?
-Pues
mira conmigo están Púas y Petry. -de la selva surgieron un
estegosaurus satánico, con un petáculo pintado en cada placa osea
del lomo, tatuajes en forma de diablos en las patas y varios collares
de pinchos el cuello, y un pterodácilo neonazi con chupa de cuero,
cadena a la cintura y gorra de la SS.
- ¿Y
Cera?
-Bah,
hace tiempo que me deshice de esa zorra. Se pasaba toda la vida
tocándome mucho los huevos llamándome cabeza-plana, pero cuando
crecí un día me los tocó tanto que le bailé un zapateao en toda
la puta cabeza.
-Bien
hecho, nunca me cayó bien. ¿Y Patito?
-¿Patito?
Querrás decir Putita. Ella está bien. Encadenada en su mazmorra, de
vez en cuando vamos y le damos un poco de caña, tu sabes, algo de
bondage, fistfucking, sadomaso... Lo que pasa es que ella se lo pasa
mejor que nosotros.
-Si,
se veía claramente que le gustaba ese rollo. Tío me alegro de ver
que te has hecho un dinosaurio hecho y derecho, voy para el bar.
-¡Mola!
Gracias, colega. Para lo que quieras me das un toque.
Me
alegré mucho de ver que Piecito había cambiado por completo su
decadente forma de vida y se había reformado. Así que feliz entré
en el Jurassic Bar. El interior estaba incluso mejor. Había barras
de donde gogós vestidas de paleontólogas en topless hacían las
delicias de la clientela. Y sorpresa en una de las mesas me fijé en
un grupo que estaba haciendo piña reunidos alrededor de un
apetitoso ágape. Eran otros viejos conocidos míos. Un comando a las
fuerzas armadas del Panjgea, tipos duros que habían estado en muchas
batallas. Me acerqué al que era más grande y poderoso.
-¡¡Allo!!
¡¡Hostia tío, que de tiempo!!
-¡¡Hombre
Dinosaurio!! ¡¡Que de años!! ¡¡No te veo desde el límite KT!!
-Veo
que están aquí todos tus compañeros los Dinosaucers. Ahí están
Tricero, Bronto Thunder, Stego, Itchi... Pero no veo por ningún lado
a ese bicho triste que descendía del archaeopterix.
-¡Nos
lo estamos comiendo!
-¡Genial!
El
barman empezó a llamar la atención de la clientela, mediante un
micrófono.
-¡Buenas
noches, damas y caballeros! ¡Para su disfrute personal, tengo el
placer de presentarles a Denver!
Guau.
Aquel bicho triste que tocaba una guitarra rosa. Pero lo cierto es
que me llevé otra nueva sorpresa. En el escenario apareció la vieja
sensación prehistórica del Heavy Metal, Denver. Pero de nuevo se
había reformado tal y como podéis apreciar en la imagen.
No se
que problema había en aquél bar. Todo estaba genial. Busqué al
señor Jamón el cual estaba charlando con una de las gogós en
topless.
-Señor
Jamón. No entiendo que problema hay en este establecimiento. Yo me
quedaría aquí a vivir.
-Eso
es lo que yo pienso -me contestó el viejo-. Pero mi principal
inversor piensa que este lugar no es como debería ser. Los
dinosaurios deberían ser más dóciles, pacíficos, amistosos, y
buenos con los niños.
-¿Quién
es ese inversor suyo?
-Se
llama Terry Cantalupo. Aquí le enseño una foto.
En
cuanto vi la imagen lo reconocí.
-Oh,
vaya... ese capullo...
-Lo
conoce.
-Claro
que si. Pero no se llama así, su nombre es El Dinosaurio Hombre.
-¿El
Dinosaurio Hombre?
-Si,
mientras que yo soy mitad hombre mitad dinosaurio. El es mitad
dinosaurio, mitad idiota. Mientras que yo soy un hombre que admira
los valores de los dinosaurios, la fuerza, la ferocidad y la
grandeza, y los mantiene en su ser, el es un dinosaurio que pretende
ser hombre. ¿Como? Siendo corrupto, egoísta, estúpido, creyendo en
cosas sin pruebas científicas... Un completo estúpido.
-¿Pero
de donde ha salido?
-Pues
verá como usted sabe, todo buen dinosaurio es clonado a partir de
ADN conservado en un mosquito atrapado en ámbar. Sin embargo, el
Dinosaurio Hombre fue clonado a partir del ADN conservado en un
coprolito.
-Claro.
Comprendo.
-Pero
es extraño. El sabía que yo vendría aquí a dar el visto bueno.
¿Verdad?
-Si
el fue quién me recomendó a usted.
-¡Maldición!¡Es
una trampa!
De
inmediato recibí una llamada de Lara, otra de mis amigas paleólogas.
Diciéndome que el Hombre sin Toalla había sido raptado hacía unos
minutos de su cuarto acolchado, y que los secuestradores eran todo un
escuadrón que iban disfrazados de pokemons, armados con G36 C. Pese
a que mis amigas ofrecieron férrea resistencia, no consiguieron
evitar que mi otro yo fuera secuestrado. Era difícil reconocer a que
grupo pertenecían aquellos tipos pero a uno de ellos se le cayó un
carnet escrito en un lenguaje extraño en el que solo se podían
diferenciar dos letras: F H.
Eso
ha sido todo hasta ahora. Mientras mis amigas paleólogas intentan
descifrar el resto del lenguaje yo comienzo mi búsqueda del Hombre
sin Toalla. Sepa Gaia a que terribles horrores se tiene que estar
enfrentando.
Lo único que le falta a este post es un robot. Por lo demás, es cojonudo.