Fragancia maldita

Recientemente encontramos un escrito con un sello de la Playa de Salamanca en un bote de cáscara de nuez moscada que, presumimos, navegaba por el mar y que recogimos al romperse la carretera de hormigón armado (hasta los dientes) en la que había quedado enterrado. Procedemos a reproducirla:
El hedor de aquella tienda de perfumes embriagaba lo poco que quedaba de mí.
Con un sublime movimiento de bandurria, logré atravesar mi alma y salir de aquel embrujo. Pero, ya era tarde, pues el veneno ya había penetrado en mi cuerpo como si de un rinoceronte untado en manteca se tratase.
Allí, en mis internos adentros, la ponzoña se sentó en un bar a tomar unas cañas con la duda de si los caracoles entran al servicio de caballeros o al de meretrices.
El testimonio de aquella anciana, la ponzoña, no podía ser más esclarecedor:
-Que acceda a uno de los dos y el que salga con vida será el que dé la respuesta.
Ante tal hecho conturbador que tomaba lugar en mis entrañas, me sentí consternado. Uno no es capaz de controlar lo que sucede dentro de sí, a menos que sea portero de discoteca, pero no quiero hablar de mi vida antes de ser concejal de kung fu en el Ayuntamiento.
En ese momento, mi vida quedó deshecha como se deshace una montaña al paso de una musaraña épica, y, debiendo 2’30 € por el total de mi compra en la tienda, marché a encontrar una razón para sobrevivir.
Temiendo por su vida opté por la bajada, desnutrí mi vida y bajé a la calle en pijama. Y así se quedó sin nombre el señor que todo lo trama y encontró su objetivo en la pecera que creía ser rama.
Atónito, intenté besar a mi perro, pero me hizo la cobra alegando que no estaba preparado para otra relación seria. Desamparado, me desembaracé del pijama quedando desnudo excepto por mis mugrientos calzoncillos de Ultrahéroe, y entonces descubrí en dicho trozo de tela la razón de mi existir, salvar al mundo de sí mismo arrancándole el corazón al presidente del Congo.
Fdo. El hombre de la loable vida sin nombre.
¿Qué quiere decir esta carta? ¿Quién es esa extraña persona de la que ya recibimos un escrito anterior? ¿La psique fusionada de varios de los buscadores que nos trasmite desde la playa? ¿Qué fue de Alfredito?

Quizá lo sepamos algún día, o quizá no...
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