El tañir de la campana del envoltorio de un Sugus

Tiempo ha que no relato mis nuevas, he visto aburrirse a los camarones y renovar su carnét de conducir. No-obstante, os contaré aquello que he vivido y entenderéis el por qué de mi retraso.

El transcurso del viaje antojóseme eterno, caminar a lomos de Emerincio no era para nada cómodo. Sin rumbo hacia ningún lugar, sin destino, sin poder mover mis piernas. Hicimos una parada en lo que parecía una vieja posada. En el letrero rezaba la inscripción "Bunker 88", me pareció un nombre original y entramos. La posada estaba decorada de manera muy original, las paredes estaban forradas con un papel con armas de fuego dibujadas, muy conseguido el efecto 3D ese que tanto se lleva. Como no vimos ninguna mesa libre, nos acercamos a la posadera, una mujer rapada y con un bigote mas largo que el camino a lomos de Emerincio. Muy amable, eso si.

-Buenos días cabellera - le dije cordialmente.
-¿Quién les ha dado permiso para estar aquí? - no debía ser de por aquí, por la forma de saludar.
-Querría comer algo y dar de beber a mi caballo - le dije señalando a Emerincio que se encontraba rodeado por los demás clientes de la posada.
-¡Apresadles! - no supe que comida era pero sonaba bien.

De pronto los clientes de la posada se nos echaron encima, imaginé que sería algún tipo de juego y como no hay cosa que mas me fascine que los juegos que no conozco, me subí a lomos de Emerincio y usando a la posadera como lanza de caballería acabamos ganando a todos los demás. No se les dió bien el juego.
Al salir de la posada un cartel colgado en la puerta llamó mi atención: "¿Desea unas vacaciones inolvidables? Tenemos su destino: La Playa de Salamanca. Visite nuestras oficinas en Burgos". Arranqué el cartel de la pared llevándome consigo la puerta y la cargué en los fardos que le compré a Emerincio. Emprendimos el viaje rumbo a Burgos pues sabía que allí alguien conocía el modo de llegar a la Playa de Salamanca.

A nuestra llegada a Burgos, ciudad natal de Emerincio de Ladisterra, le ordené que supiera dónde se encontraba la oficina que había impreso el cartel. Emerincio preguntó a un paisano suyo, un pura sangre, por la oficina y el paisano le dijo que se volviera, que la oficina estaba a sus espaldas. Al volverse, el paisano le animó con una coz que le impulsó hasta la oficina deseada. Seguí a Emerincio y entré en la oficina. Pregunté a uno de los trabajadores de la oficina, una grapadora, que me dijera cómo llegar a la playa. Tras de mi una voz me dijo:

-Cuanto tiempo sin verte, Hombre Vida. - la voz sonaba emotiva, como si sollozara. Me volví para ver quién era.
Nada, no había nadie en la oficina, excepto mi caballo Emerincio pintando el suelo de un color rojizo.
-Estoy aquí, sobre la mesa hombre! - gritó la voz un poco alterada.

Me acerqué a la mesa y observé un cartucho de tinta de la marca tp, su logotipo me sonaba, pero lo ignoré. Acto seguido se dió la vuelta y entonces lo reconocí.

-¡Tinta de Perro! ¡Estás como nuevo! - le dije gritando sin ningun tipo de emoción ni sentimiento.
Al no verme sorprendido de nuevo, se entristeció. Me acerqué a el y le pregunté por su mujer, sus hijos y por la playa.
Estuvimos hablando largo y tendido sobre su familia, mis viajes y la playa. Al final empezó a caerme bien y nos hicimos buenos amigos. Emerincio le cantó alguna de sus canciones y compuso otra que nos hizo vomitar a los tres. Tras un rato nos contó la forma de llegar a la playa. Os muestro el resultado.


Tinta de Perro y yo en la Playa de Salamanca

Finalmente descubrí que Tinta de Perro poseía una fotografía de la Playa de Salamanca que utilizó como fondo en la foto que nos hizo Emerincio. Tinta de Perro me animó y me dijo que aún era pronto para decirme como encontrarla, pero que no dudara, que llegaría el día en qué el me guiaría hasta la propia Playa. Le abracé tan fuerte que aplasté el envoltorio que lo protegía. Nos despedimos de él mientras agonizaba de dolor sobre el escritorio y partimos en pos de la Playa con la foto que nos hicimos.

Aún hoy, habiendo pasado ya varias semanas desde que tengo dicha foto, hay algo que no me cuadra en ella, pero ¿qué puede ser?

Fdo.
El Hombre Vida
Un botellazo:
  1. Hombre Sin Nombre via Lombriz mensajera:
    Interesante aportación, Hombre Vida. Qué bonito es nuestro país y qué gentes más halagüeñas moran nuestra piel de hormiga. Ese tipo de albergues son los lugares que me gusta ver en mis viajes.
    Qué bueno oír de Tinta de Perro, me alegro de que esté bien y haya digievolucionado.
    Respecto de la foto y ahora que lo dices, una de las nubes tiene una pinta sospechosa... ¿será eso?